25 marzo 2013

Escraches

Una tal Plataforma por Afectados por la Hipoteca (la_PAH) decide que es buena idea ir a ver a los políticos a sus casas. Y la idea es buena en origen si tenemos en cuenta que un ciudadano normal y corriente, ustedes y yo mismo, no tenemos mucho más que hacer cuando queremos hablar con ellos.

En los días que vivimos la distancia entre clase política (casta, buena forma de definirla) y la clase villana es sideral. Están en horas bajas, su credibilidad es prácticamente nula. Yo soy el primero que no daría un duro de madera por ellos. No me gustan.
Comprendo que tras una sucesión de cantamañanas e incapaces al frente nos han colocado como un país en el que lo mejor que puede aportar al mundo político son cretinos. Cualquiera que me haya leído con un poco de interés sabrá, pues, que no son mis aliados. Pero los escraches no me gustan.

Porque el problema no es el qué, sino el quiénes y el cómo.

Utilizo un seudónimo para escribir estos artículos con mayor libertad que si firmara con mi nombre auténtico, pero tampoco sería más reconocido si lo hiciera. Yo soy un don nadie. Por eso, si quisiera que los que toman las decisiones en mi nombre escucharan lo que tengo que decirles, habría pocas formas de conseguirlo realmente. Realmente, damas y caballeros.

Supongamos que yo quisiera hablar con la alcaldesa de mi villorrio. Digamos que tengo algunas ideas (o simplemente me apetece quejarme ante la que manda) y que me gustaría conocer su opinión. Idealmente podríamos mandarnos mails, cartas certificadas, organizar reuniones o encuentros, incluso conseguir que una cosa llamada ILP (Iniciativa Legislativa Popular, LOGSE: queremos que esto sea asín y no asán y somos medio millón de tíos diciéndolo) medio obligue al menos a un debate parlamentario. Vale, pero yo sigo en casa sin noticias de la alcaldesa.Porque ella no responde mails si no son personales. Las cartas certificadas se las queda su secretaria y no llegan jamás a su despacho. Las reuniones o encuentros sólo valen para los que tienen dinero que ofrecer a cambio. Las ILP necesitan medio millón de firmas y la mía no vale tanto, si total, yo sólo quiero saber por qué diablos hay tanto socavón en las calles o por qué cuesta tanto encontrar sitio en mi calle, que es zona verde pero parece zona de guerra.
El escrache es la respuesta, sí. Si me presentara en casa de los Aznar y llamara al timbre tendría más opciones de hablar con ella que de otro modo. La cosa es, ¿llamo sólo al timbre?

¿Y por qué no aporreo la puerta y grito cosas así como enfadado y como si quisiera hacer daño a alguien? Seguro que funciona. ¿Por qué no dejo el dedo puesto en el timbre y dejo que eso moleste y cabree a los de dentro? Porque se supone que quiero hablar con la alcaldesa, no putearla. A menos que, en realidad, lo único que quiera es salir en las noticias.
La_PAH puede decir lo que quiera en sus eslóganes, pero lo que salió en las noticias no eran unas personas (afectadas e indignadas) que iban a casa de políticos para hablar con ellos. A lo mejor soy un tipo quisquilloso, pero si aporrearan mi puerta y escuchara gritos furiosos al otro lado, iba a abrirles la madre del topo. No ocurriría la conversación que, se supone, iban a buscar.

Pero yo no me llamo Esteban González Pons. Ni tengo hijos tras los que indignarme por el miedo que pudieran meterles en el cuerpo. Un hijo mío, tal vez, les habría abierto la puerta y muy probablemente no habría pasado nada. Digo muy probablemente porque la gente puede estar cabreada, pero no será tan gilipollas como para pagar su cabreo con un niño aunque sea el hijo de un diputado del PPSOE. Aunque claro, la demagogia es útil y eficaz cuando no te ves en esas tesituras ni tienes un hijo al que jugarle la integridad o el pescuezo. Porque siempre hay una manzana podrida que se cree con derecho a todo con tal de que llegue su mensaje. Admitámoslo sin avergonzarnos mucho.

A todo esto, damas y caballeros, ¿cuál es el mensaje que querían transmitir? ¿Cuántos de ustedes lo saben? ¿Salió en las noticias junto a la cara de Pons?
Porque, oigan, lo del drama de los desahucios es sinceramente eso, un drama. Pero no podemos quitarle la razón a los que dicen que nadie puso una pistola en la cabeza a todos aquellos que se hipotecaron para comprarse un piso. No podemos aunque quisiéramos, aunque moleste pensar que esas hipotecas eran (y aún son, las pocas que se firman) abusivas e infladas e incluía cosas muy feas como más dinero para un coche o un viaje o cláusulas suelo o intereses usurarios. Pero así y todo la gente firmaba. Todos, toditos los de la_PAH firmaron encantados de haberse conocido, y habría que ver cuántos lo hicieron con genuina voluntad de tener un lugar donde caerse muertos, cuántos lo hacían porque "alquilar es tirar el dinero" y cuántos lo hacían para vivir del negocio de ir vendiendo cada vez más caro. Porque la_PAH es una y no cincuentayuna y no distingue a unos de otros. Y estaría bien saber cuántos de los que estuvieron en la puerta del lloroso Esteban habían perdido el hogar que querían fundar para sí y su estirpe y cuántos, sencillamente, habían perdido más de lo que pudieron permitirse en una apuesta que salió rana.
Porque tampoco podemos quitarle la razón al que dice que no son pocos los que querrían vender su pisito a precio de burbuja y no simplemente quedársela porque no tiene nada más. Porque los hechos, damas y caballeros, van un poco más lejos que el drama de los desahucios que han costado vidas y han logrado que los políticos sean también asesinos. Porque muchas de las viviendas desahuciadas son segundas o terceras, las de la playa o la sierra, y alguno habrá en la_PAH que no quiera perderlas sin que el banco malo y especulador le devuelva las cuotas o quisiera volver a 2007 para no meterse en un charco. Ese es el problema de los hechos, que no siempre se ponen de acuerdo con lo que a mí me gustaría.
Que la dación en pago es exactamente el tipo de compensación ideal si no pagas la hipoteca, pero eso no arregla los desahucios porque dar el piso en pago implica que deja de ser tuyo y el nuevo dueño puede echarte igual si no pagas su alquiler (que entonces ya no es "tirar el dinero" sino "lo más humano"). Que me llama la atención cómo algunos se metieron en camisas de once varas como si las cosas nunca pudieran salir mal. Como si los pisos nunca fueran a bajar. Como si firmar algo no implicara tener que cumplirlo. Como si eso de leer la letra pequeña se lo dejo a los que tienen estudios. Como si "es que el director de la sucursal me dijo otra cosa" o "no me contó eso" fuera realmente una excusa que valiera. Pero no, escrache y a por ellos.

Y el problema del escrache no es que sea una mala idea, porque no lo es. El problema es este escrache, que sólo sirve si vas buscando un tipo al que culpar de problemas que te has creado tú solito. Porque sí, es fácil decir que toda la culpa es de los demás, de otros, de terceros, de ese que pasa por ahí, de los judíos, de los inmigrantes, de los catalanes o de Madrit. O de los bancos. O de la casta política. Porque ni por asomo voy a decir que puedo ser tan culpable como ellos. Porque es más fácil ir a casa del politicucho que a la del director de la sucursal que te puso la hipoteca en la cara, que es amigo y me saluda por la calle. Porque a toro pasado es muy fácil arrimarse al que de verdad le han hecho una faena que merece su propia vida y decir que eres otra víctima. Porque a riesgo de mi independencia y de tirar el dinero yo no me he hipotecado. Porque no me gusta que por una mierda de minipiso me pidan 120.000 leuros y cuarenta años esclavizado por un banco. Porque el precio de la vivienda es un problema que la_PAH no está buscando resolver, y ese asunto merece otra entrada. Porque ahora el kilo de político está barato.

Y su cara partida, un pequeño consuelo.