06 marzo 2008

Futesas electorales

Pues sí, menos mal que entramos ya en la recta final de la campaña electoral. Entre otras cosas, porque así puedo empezar a respirar y permitirme escribir mis pajillas por aquí. Y luego porque con tanto barullo de unos y otros acabamos todos locos, por supuesto.
Lo que no termino de llegar a entender del todo es por qué pasan cosas como estas y nadie protesta, nadie asume responsabilidades y nadie parece dispuesto a soltar poltrona o, al menos, borrarse de las listas. Ejemplos de los últimos días (ah, si tuviera que remontarme al principio de la legislatura no se salva ni el apuntador):

El curri de Bernat
Resulta que al Ministro de Sanidad más dicharachero (con permiso de Bermejo y su mujer bailona) le parecía que su curri se quedaba bastante cojito para alguien de la talla de un señor Ministro y decide engordarlo un poco. A fin de cuentas, "es que todos lo hacen, ¿no? Pues no voy a ser yo el tonto que no lo haga".
Así, ¿por qué no colgarse una medalla? De hecho, literalmente. Y para que suene así como rimbombante y pueda hinchar el orgulloso pecho a lo pavo real, nada menos que una de la Real Academia de Medicina. Claro que la única pega es que dicha Academia no concede medallas, pero eso no son más que futesas (gracias, Ibáñez, por esta palabra totémica).
A ver, veamos Bernat, ¿qué más puedes decir de ti? Algo que diga que ya has tenido experiencia previa en esto de mandar. Aunque fuera un carguete menor... ¡claro! ¡Un Decanato! Que viste bien y se ve de postín. A fin de cuentas, te presentaste en dos ocasiones a la elección. No importa que perdieras ambas. Eso no tiene por qué saberlo nadie. Tú ponlo y el que quiera molestarse en preguntar a la Universidad, que lo haga. Allá él con su conciencia.
Otro detalle que siempre queda bien en los curris es la movilidad. Y Bernat trabajó a tiempo parcial en Singapur, que está muy lejos. Si además le das un tinte político, no sé, un "autoexilio", pues miel sobre hojuelas y que viva el sentimentalismo. Eso sí, sin renunciar a la cátedra española, no vaya a ser que a los pseudo chinos esos les dé por cortar el grifo. "Es que uno es prudente por naturaleza, joer". Claro, hombre, claro. Si ya lo sabemos.
Otro clásico que nunca falla es el de experiencia profesional junto a figuras destacadas. Si el grado de "colaboración" es mayor o menor, eso ya depende del morro de cada uno. Como a mí me dio clases Antonio Núñez en un seminario de 3 días, puedo decir que he colaborado con él en un prospect ad hoc. Si yo lo hago, Bernat, que es Ministro, pues no será menos, claro. Y allá que va con nada más y nada menos que un par de Nobels. "Por fardar que no quede, oiga".
Y todos contentos. Lástima que alguien se fuera de la lengua y se chivara a Arcadi.
_¡Es que la envidia es muy mala!
_Que sí, Bernat, que sí. Muy mala.

El piso de la hija de Gallizo
Mercedes Gallizo, directora de Instituciones Penitenciarias (uséase, la alguacilesa de los alcaides) tiene un piso de unos sesenta metros cuadrados justo encima de su despacho. Residencia oficial que comparte con su hija de 25 añazos.
Claro, a la chica le venía un poco mal llevarse al churri a casa los fines de semana a "ver una peli en el ordenador, mamá no entres sin llamar". Y sesenta metros cuadrados para dos personas que no son amantes y tienen recursos para ampliar espacio se quedan pequeños al cabo de cierto tiempo.
La cosa fue hace tiempo pero acaba de salir a la luz, muy probablemente con fines electoralistas (¡que no nacimos ayer, Pedro Jota!): mamá se puso a investigar y vio que había unos despachos que no se utilizaban, los de Prevención de Riesgos Laborales (qué ironía, ¿verdad?), así que decidió reconvertirlos en un pisito para la nena. Eso sí, sin hacer mucho ruido porque no tenía previsto pedir permisos ni solicitar licencias de reconversión. "Es que eso lleva su tiempo y la niña no puede esperar más, entendedme". No, si la cosa tiene su lógica, pero si resulta que ese pisito lo he pagado yo (y tú, sí, tú)... pues digo yo que si estoy de fiesta por los alrededores y me da pereza volver a casa podré echarme allí un sueñecito, ¿verdad? Ah, ¿no? Pues entonces es un ligero escándalo. Vamos, de esos que en cualquier país presumiblemente serio se pediría alguna que otra cabeza rodante.

La cagada de Elorriaga en FT
La típica entrevista en la que nada menos que un dirigente de campaña le suelta a la típica reportera buscavidas (venga, sí, imaginad la situación, sí, sí, exactamente esa: cigarrito, pelo desgreñado...) en plan "venga, te cuento un secreto por ser tú, pichoncita, dame un besito". Y va y dice precisamente lo que muchos piensan pero jamás se debe decir en voz alta.
"Es que nos ven muy de derechas, jo". Para qué intentar demostrar que no lo son tanto. Es mucho más cómodo hacer que la gente se quede en casa porque la alternativa es igual o peor. Vale, queda un poco ruin, "pero todo el mundo tiene que meterse en trapos sucios de cuando en cuando, ¿no?". Y si encima tienes el carné de un partido político, ni te cuento, Gabriel. Enhorabuena. Acabas de disparar la participación lo menos 5 puntos más. Por bocazas.

La Niña de Rajoy
A algún iluminado pepeiro se le debió ocurrir la genial idea de que Mariano tenía que parecer más humano y cercano. Lógico, teniendo en cuenta que su muletilla favorita es decir que "es un señor de provincias" y eso, de cercano tiene más bien poco. Y menos cuando ese señor es todo un Registrador de la Propiedad.
Así que en el alegato final del primer debate se decidió escribirle un texto lacrimógeno y sensiblero con el que conmover a las masas españolas de bien, que ya estaban conmovidas por el espectáculo dado pero que aún así había que darles la última vuelta de tuerca.
Como suele suceder con todo lo que sale forzado, la experiencia salió del todo rana. No puedes recitarlo (leerlo) como si estuvieras cantando un tema de oposición y parecer sinceramente emocionado. Como tampoco puedes pretender que, teniendo en cuenta los movimientos del sector más conservador del partido, no salieran réplicas inmediatas: "soy la niña de Rajoy y soy lesbiana". "Soy la niña de Rajoy y no tengo dónde caerme muerta". "Soy la niña de Rajoy y soy socialista y me ha echado de casa"... y para qué seguir.
Ese es el problema de la credibilidad. Es como pedirle a Zapatero que diga que es patriotero o que no negociará más con ETA. Te dirá misa, pero de ahí a creerle...

José Luis Cuerda
Es un autodenominado "artista" (para artista, el que gana 600 pavos al mes y es capaz de mantener una familia) de esos que viven mejor que la mayoría pero que quiere un pesebre más grande en el que revolcarse él y su troupe. Así que nada mejor que llamar "turba imbécil y mentirosa" a diez millones de personas. Eso sí, luego llora pidiendo respeto y exigiendo que nadie le llame "untado" o "titiritero", que son cosas muy feas, hombre.
Claro que si te dejas llevar por la emoción y sigues la estela marcada por otros antes que piden "cordón sanitario", llaman a esos mismos millones "hijos de puta" (qué poco bagaje insultador para toda una periodista, por cierto) o que "desearían fusilar un par de voces cada mañana" de otros "artistas"... pues es que entonces tampoco hay muchas más opciones. Qué demonios, deberíamos aplaudirle por haber sido moderado en sus diatribas.
Venga, Pepe, un aplauso para ti. Y sólo para ti, ladrón.

La CEE Rouco-Valeriana (pero sin hierbas)
De esta prefiero ni hablar. No vayamos a mentar a la bicha... además, que ha sonado la campana y me voy a comer.

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